Leo Trozzi Desarrollo Personal y Coaching Para Objetivos
De eso se trata, de crear el mayor viaje de la vida, un viaje de retorno a uno mismo. Así como un viaje tiene destinos intermedios, la vida tiene etapas.
Los viajes son siempre iniciaciones y pueden ser físicos o internos. Son “destinos” que uno decide alcanzar para experimentarse a si mismo en cada etapa para “ganar” algo al descubrirse.
A lo largo de mi historia y de la del clan familiar en el que nací hice las mismas preguntas que la mayoría nos hacemos, ¿por qué sucede lo que sucede?, ¿cuál es el sentido de lo que nos pasa?, ¿por qué algunas personas viven de tal manera y otros de otra a pesar de ser “iguales”?, ¿para qué me pasó esto, aquello y lo de más allá?, ¿qué sentido tiene vivir si acaso tiene algún sentido?.
Preguntas y más preguntas a las que solo encontraba respuestas “de plantilla” o “de manual” dadas desde el entorno familiar, social, religioso, místico, etc. etc.
Respuestas que, como puedes imaginarte, no produjeron satisfacción ni solución alguna.
Dado ese estado de cosas inicié de pendejo (de chico, 11 años) a rebuscármelas por y para mi mismo, tenía que darme “sentido” y “finalidad”.
Sentido y Finalidad es lo que busqué para mi, y es lo que brindo a cada persona que acompaño a través del medio que sea que nos conecte, una sesión, un taller, un curso… da igual… lo que se pone en juego siempre es el mismo proceso de fondo, dar respuestas a las mismas preguntas… y así ayudar a que se alcance un punto de salto de calidad en la percepción propia, en el ambiente donde se despliega tu vida, incluso en los proyectos a los que te lanzas; todo es lo mismo en realidad.
Es dar y recibir valor a través de sentir qué tiene Sentido y que vas en la dirección correcta (Finalidad).
Sin “Sentido” no hay punto de origen a partir del cual se cree algo valioso. El sentido es el “desde dónde hago lo que hago y no hago lo que no hago”. Es crucial. Debemos conocer y sentir ese punto de certeza que brinda el “saber quién carajo soy yo”.
Sin “Finalidad” no hay expresión de quien soy.
Se dice como metáfora respecto de la deidad que se define a sí con la expresión “Soy el que soy”. Es decir… expreso, manifiesto, vivo y creo aquello que me define desde lo más certero de mi propio autoconocimiento (mi Sentido).
Esta combinación de Sentido y Finalidad es lo que permite experimentar una vida de existencia, de decisiones y de elecciones hechas a consciencia. Es decir, vivir en coherencia.
Cuando no es así pues sólo transitamos un “destino” y sobrevivimos en el mundo de los efectos, no el de las causas.
Y si, es así. Existe un destino que se hará real indefectiblemente cuando vivo en automático, como también existe la posibilidad de asumir el “Libre albedrío” y dirigir eso que llamo “mi vida”.
A lo largo de mi recorrido he transitado por muchas escuelas, formadores, técnicas, métodos, mitos y paradigmas.
Todo este mix bien multidisciplinario me ha servido para comprobar a cada paso, con cada nueva formación cómo ambas posibilidades, “Destino” y “Libre Albedrío” están siempre en una danza y disponibles, sin embargo la regla general es que las personas se limitan a soportar un destino y hacer lo que se les impone desde su entorno.
Un destino que desde, por ejemplo, el análisis transgeneracional, o del Proyecto Sentido (el para qué fui concebido) o desde la astrología e incluso desde el Eneagrama esta “marcado”…. un destino en piloto automático.
El 99% de nuestra vida es el resultado y la reafirmación de nuestra epigenética, es decir del entorno material, psÍquico, emocional, cultural, familiar donde transcurrió nuestra propia historia.
Entonces “des-cubrir” aquello que me habita en automático, es lo que permite romper el “hechizo” en todas las áreas de vida.
El conocerse REALMENTE a si mismo es pues el camino de salida.
Primero porque permite conocer “los por qués” mi vida es como es; segundo para descubrir “los para qués” de eso; y tercero para alcanzar el punto de salto que solo se consigue al conectar con el propio “Sentido y Finalidad”, es decir, darte la respuesta a la pregunta fundacional ¿quién soy?.
Porque quitar lo que me sobra…
Amplificar los propios recursos…
Y desarrollar nuevos marcos de referencia internos; son los elementos con los que se HACE POSIBLE que el Gran Viaje de Tu Vida valga las ganas (y no la pena) de ser vivido.
Abordemos tu Gran Viaje observando, analizando y planificando cada aspecto, cada faceta de tu recorrido.
Los ejes ya te los mencioné, las herramientas son múltiples y van desde el análisis de tu carta natal, tu revolución solar, tu proyecto sentido, el transgeneracional, tu eneatipo, el propósito de alma (Kabbalah hebrea), tus heridas internas de la niñez, cómo te saboteas y desde donde, descodificamos tus síntomas, y encaramos los caminos disponibles desde la Bioneuroemoción® y el Coaching.